Viernes 26 de Abril del 2024

«No estoy de acuerdo con enrejar los monumentos»

“Las estatuas porteñas no tienen paz” es el nuevo libro de Mario Tesler, licenciado en […]

Publicado el 4 febrero, 2015 por Gustavo Viera

“Las estatuas porteñas no tienen paz” es el nuevo libro de Mario Tesler, licenciado en Bibliotecología, escritor e investigador en Historia.

mario teslerLa Comuna 7: ¿Por qué la elección del título del libro?
Mario Tesler: El título surge como necesidad de modificar un título anterior que yo había utilizado para una exposición que se hizo en la la Biblioteca Nacional de cien fotografías de estatuas de Buenos Aires. Evidentemente las estatuas porteñas no tienen paz porque son objeto de una serie de manipuleos que obedecen a intereses familiares, políticos, incluso a caprichos, y al mismo tiempo son objeto de atentados, de toda índole, que van desde el político, hasta grafitis de carácter y con sentido pornográfico. Al mismo tiempo este tipo de grafitis tienen una intención de descarga, sin ningún tipo de justificativo, es decir, la agresión por la agresión misma, creyendo que esas obras de arte, algunas de ellas no la son, y que están ahí para ser objeto de caprichos particulares.

Si uno se pone a analizar, algunas han sufrido traslados, modificaciones. Cuando se hace un monumento, debe hacerse con el estudio del lugar donde se va a erigir, por cuanto tiene que ver con el entorno. Por ejemplo, el monumento a Carlos María de Alvear está hecho con la armonía que pretendía lograr el autor, entre su obra y el paisaje. En otros casos, como el monumento a Dorrego, está hecho con el criterio europeo de plazas secas, y aparte está concebido con un criterio de verticalidad.

LC7: ¿Quién protege a las estatuas, existe alguna institución?
MT: El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires tiene una Dirección que se ocupa de la restauración permanente. Y de pronto surgen espontáneamente defensores, grupos de personas con los medios de comunicación, reclamando. Pero al ciudadano, en términos generales, le es indiferente.

LC7: ¿Qué debería suceder para que las estatuas tengan paz?
MT: Tiene que haber un cambio de conducta. En otros países, incluso algunos que viven con convulsiones de carácter político y social, nadie se descarga contra los monumentos o estatuas. ¿Cómo puede ser que el monumento a Sarmiento, o a Rosas, sean objeto de maltrato, si con eso no se gana nada?, ¿Qué se puede lograr? Una noticia periodística… y eso a la figura en sí, no le quita nada. Tampoco estoy de acuerdo en enrejar a los monumentos, porque no sé hasta qué punto no pierden belleza, parece que uno estuviera enrejando a la figura que está homenajeando. Lo que debería haber son vigilancias nocturnas.

LC7: ¿Qué inquietud lo llevó a escribir este libro?
MT: Me gustan los otros aspectos alrededor de las estatuas, mencionar y relacionar toda la estatuaria con las cuestiones políticas y sociales de Buenos Aires. Me interesan las polémicas, por ejemplo cuando se inauguró la estatua de Sarmiento hubo todo un escándalo entre Paul Groussac que opinaba que era un adefesio que no se ajustaba a lo que era Sarmiento en cuanto a sus características físicas, y otros que salieron a defender la calidad de la estatua.

LC7: ¿Qué simbolizan las estatuas en su vida?
MT: Me interesan porque sirven un poco para la evocación, es algo así como las fotos de los familiares en la casa. Las estatuas son una especie de ligazón con el pasado.


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