El Club de Reparadores es una iniciativa que busca a través de la reparación un […]
Publicado el 2 abril, 2018 por Gustavo Viera
El Club de Reparadores es una iniciativa que busca a través de la reparación un consumo responsable de los objetos. Hablamos con Melina Scioli, una de sus fundadoras.
La Comuna 7: ¿Cómo surgió la idea?
Melina Scioli: Con Marina Pla (la otra fundadora) veníamos trabajando en torno a los residuos, sobre todo a la promoción del reciclaje y la separación en origen a través de distintos proyectos. Uno de los proyectos era RECICLARIO (www.reciclario.com.ar) que surge en un despacho de una diputada de la Ciudad impulsado por Marina. Por mi parte, venía trabajando con Cooperativas de recuperadores en la Ciudad. Yo formaba parte de una Asociación Civil que se llama “Dónde Reciclo”. Veníamos trabajando sobre esto y viendo las dificultades que se presentaban en muchos materiales para ser reciclados y todas las ineficiencias que plantea el sistema de reciclaje actual. Y entendiendo también que el reciclaje como propuesta es un parche a un producto que está mal concebido porque para que haya un residuo hay algo que no se pensó en el proceso de producción y hay un sistema que está fallando. Cuando se habla de la jerarquía del manejo de los residuos, las famosas tres R – Reducir, Reciclar y Reutilizar- sentíamos que la reducción de los residuos era bastante importante y pensamos de qué manera abordar este tema y encontramos en la reparación un acto muy concreto, muy alineado con la prevención de los residuos y que también veíamos que estaba en problemas. Para esto, no teníamos ningún fundamente teórico. Es difícil conseguir números de este sector económico de los reparadores barriales, pero sí veíamos que era una percepción muy concreta de que, por un lado las cosas nos duraban menos, y por otro lado muchos de los comercios vinculados a la reparación de nuestros barrios se estaban cerrando. Nos pareció que era un tema interesante para trabajar porque la reparación tocaba el aspecto concreto de un oficio y de un saber específico que en algunos rubros estaba en vías de extinción. Por otro lado, el aspecto cultural de estos agentes barriales y el rol que ocupan en la comunidad. Y también nuestra motivación principal era minimizar residuos a través de la reparación.
LC7: En el contexto actual de este sistema, ¿la reparación es un acto revolucionario?
MS: Si, correcto. Tiene que ver con poner un límite y moldear el sistema que queremos. Hoy por hoy la actividad de la reparación se enmarca dentro de lo que se propone como una economía circular que en definitiva lo que busca es salir de una lógica de consumir, usar y descartar para tener círculos virtuosos, donde en lugar de tirar algo se puede aprovechar para otra cosa. En esos ciclos, la reparación es muy importante porque cierra el ciclo rápido. Mantiene el uso de los materiales para lo que fueron concebidos. Sentimos que es un acto muy concreto, muy a la mano, que está dentro de las posibilidades de todos. Pensar que cuando tenemos un objeto roto qué pasa con eso. Y después, nos parecía que estaba bueno posicionar a la reparación como la opción deseable, y mismo promover la auto-reparación. Reparar puede ser una acción divertida y creativa, puede ser algo que te hace sentir bien.
LC7: La reparación, ¿sería un parche por un mal uso de los productos o directamente lo que se fabrica hoy está dado por una menor vida útil en función de la calidad de los componentes que se utilizan?
MS: El motivo de porqué las cosas se rompen son diversas. Vos te referías a la obsolescencia programada donde de por sí desde el momento de la fabricación le ponen una vida útil al objeto para que el consumidor lo tenga que reponer. Esa puede ser una de las razones. También está dado por la falta de repuestos o porque los materiales son menos nobles, o por la obsolescencia indirecta que es que no tengas un repuesto. Por ejemplo, pasa mucho en el mundo del software y el caso reciente de Apple, donde una actualización del software de repente te deja el hardware, el aparato, obsoleto. En una forma, tratar de mantener los aparatos en uso es revolucionario porque el sistema te propone que hagas otra cosa.
LC7: ¿Les costó encontrar aquellas personas que se dedican a reparar y hacerlos coincidir con la gente que quiera arreglar sus aparatos?
MS: El club surge para poner el tema de la reparación en agenda, para que hablemos de eso y generar la conversación. Y la dinámica busca reunir a reparadores profesionales, a gente que se da maña porque fue a una escuela técnica o porque aprendió a través de tutoriales con gente que no tiene idea pero tiene objetos rotos. Y es bastante azaroso. Y a lo largo de las 40 ediciones que llevamos hechas se va consolidando un equipo de gente que nos acompaña y que da soporte en la reparación de los objetos, y que muchas veces para ellos es más bien un hobby y no un laburo. Sucede que los eventos se hacen en horarios donde los locales de reparación están abiertos y son negocios que dependen de la persona que está detrás del mostrador. Imaginate que tiene que cerrar el local y venir a reparar gratis. Los eventos son voluntarios y colaborativos, no se cobran por las reparaciones. Entonces, lo que hacemos para esos reparadores profesionales que están en los comercios y que no pueden asistir, es un relevamiento de la zona. Al ser un evento itinerante que lo vamos haciendo en diferentes espacios y no siempre está en el mismo lugar, no plantea una competencia para el trabajo de los reparadores. Por el contrario, tratamos de publicitar su trabajo. Cuando sabemos dónde se hace, hacemos un relevamiento de los reparadores de la zona y los volcamos en un mapa en el evento porque todo aquello que no se puede reparar ahí porque es complejo y tarda un montón, te mostramos donde lo podes llevar en el barrio. Muchas veces el evento sirve casi como para un diagnóstico o para perder el miedo a abrir un aparato y entender más. La motivación es diversa. Lo que si proponemos es que no es un service gratuito sino que la gente que venga con un objeto se involucre en aprender qué es lo que le pasa a ese objeto, que esa misma persona sea la que meta mano para repararlo con la ayuda de alguien que le pueda enseñar. Y dependiendo los rubros eso se puede hacer más o menos.
LC7: En la experiencia de haber hecho 40 eventos, ¿Cuál es el objeto que más lleva la gente?
MS: Por las características del evento, tienen a ser objetos pequeños y lo más frecuentes son los pequeños electrodomésticos. La minipimer es la gran estrella y los auriculares también, ¿viste cuando uno no se escucha? Eso llega un montón. Y después mucha ropa. Y cada vez mas, cuando anunciamos que tenemos soporte electrónico, llegan muchas tablets y teléfonos. También se presta mucho para objetos bastante en desuso que eran de la abuela y que tienen un valor emotivo y no se la quiere dejar a nadie y viene a vivir la experiencia.
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