Fue este lunes en una charla organizada por la Fundación Innovación con Inclusión, donde el […]
Publicado el 27 noviembre, 2018 por Fernando Zuker
Fue este lunes en una charla organizada por la Fundación Innovación con Inclusión, donde el ex embajador argentino reflexionó sobre la historia de las cumbres de los Jefes de Estado.
A días del inicio de la cumbre del G20 en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la Fundación Innovación con Inclusión que preside el economista Matías Tombolini organizó una charla este lunes que contó con la participación de Jorge Argüello, ex embajador en Naciones Unidas, Estados Unidos y Portugal.
La charla fue el motivo para que Argüello presente su último libro “¿Quién gobierna el mundo? El rol del G20 en el nuevo orden mundial”. Este material es el primero en español que aborda desde una visión integral la temática del G20.
En la apertura del encuentro, el director de la fundación, Esteban López del Pino, describió los tres principales ejes de acción de la Fundación anfitriona: “Las naciones que crean mayor riqueza son las que apuestan decididamente a la cultura; por eso, nosotros apostamos al desarrollo del conocimiento para la Argentina. También queremos que nuestra agenda cultural sea lo más amplia posible y pueda aportar nuevas visiones. Y apuntamos a realizar acciones para mejorar la situación de los sectores más vulnerables”.
Luego, Matías Tombolini enumeró algunas características del G20: “Los países miembros representan el 85% del PBI mundial y el 75% del comercio internacional”. Además afirmó que “el comercio internacional es el gran garante de la paz, porque hace que sea más negocio estar en paz que en estado de guerra permanente” y que “la agenda real” de esta cumbre va a estar marcada por el conflicto comercial entre los Estados Unidos y China.
A su turno, Argüello explicó que “el sistema de reglas e instituciones que funcionó a partir del fin de la Segunda Guerra Mundial, en 1945, está perimido” y ahondó el análisis en el surgimiento de las cumbres de jefes de Estado del G20 en el 2008 como una iniciativa del entonces presidente norteamericano George W. Bush tras la crisis financiera y el quiebre de la banca Lehman Brothers, el 15 de septiembre de ese año.
Argüello definió al G20 como “un foro” y un “proceso anual”, cuyas conclusiones se terminan de cristalizar en las cumbres de jefes de estado. “Sin embargo, el contacto físico entre los presidentes que se da en estos encuentros es fundamental para definir las conclusiones. Si bien hay borradores preparados de antemano, no está nada dicho hasta que los jefes de los estados deciden firmarlos”, subrayó.
También remarcó que el éxito de una cumbre depende de la presencia de los principales líderes mundiales, en especial del presidente de los Estados Unidos, y de que las resoluciones sean apoyadas por unanimidad, hecho que, por primera vez, no ocurrió en la última cumbre de Hamburgo, cuando Donald Trump decidió que Estados Unidos abandonara el compromiso para hacer frente al cambio climático.
“Por eso, en la cumbre del G20 hay incertidumbre. Nadie sabe qué puede pasar”, remató Argüello.
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