Denuncian grave estado del Hospital Piñero de Flores

Los reclamos ya no sólo de vecinos y trabajadores. Se suman ahora sus propios auditores, quienes elevaron informes luego de constatar la crisis de esta importante institución médica comunal.

El 8 de junio la Auditora de la Ciudad de Buenos Aires, Mariela Coletta, y el Defensor Adjunto del Pueblo, Arturo Pozzali, recorrieron el Hospital Piñero, ubicado en Av. Varela 1301, Flores. El objetivo fue conocer el estado del hospital, siendo la institución pública que mayor cantidad de pacientes recibe a diario en toda la superficie de la ciudad.

Tras el recorrido, denunciaron su estado y visibilizaron una problemática que no es noticia para los vecinos de Flores y todos los pacientes que acuden a los diversos servicios de salud del hospital.

“La política del Gobierno de la Ciudad en salud es pintar el exterior del hospital, arreglar los canteros y pintar los marcos de ventanas y puertas de la sala de guardia; mientras que deja de lado lo que verdaderamente es una prioridad como la construcción de un nuevo edificio que permite ampliar el servicio, que lleva dos años de demora”, afirmó Coletta.

“El Hospital Piñero es clave en el sistema de salud pública, es la institución que recibe la mayor cantidad de pacientes provenientes de auxilios médicos, es decir; aquellas personas que tienen accidentes en la calle y que ante la urgencia son llevadas a un hospital que debe estar listo para resolver todo tipo de problemas”, analizó la auditora porteña.

Por su parte, los médicos de guardia les contaron en qué condiciones deben ejercer la medicina, como la falta de espacio físico, ya que los siete consultorios no dan abasto por la gran concurrencia de pacientes. Entre sus relatos, dijeron que muchas veces tienen que “ingeniarse” para conseguir camillas y que a veces atienen a pacientes en sillas.

Además, contaron que otra dificultad es la falta de equipamiento e insumos hospitalarios, como un ecógrafo y cuatro respiradores artificiales. Este déficit genera «cuellos de botella», ya que es común pacientes con respirador sean ubicados en lugares no apropiados.

Por otro lado, recordaron que tanto ellos como sus pacientes están expuestos a situaciones de violencia e inseguridad y que esta situación se agrava porque hay poca cantidad de personal de seguridad en el hospital, lo cual conduce a que muchos médicos se ausenten o pidan licencia por estrés debido a las tensiones y dificultades laborales.

“La terapia intermedia nunca fue inaugurada, sin embargo, se utiliza hace dos años”, explicó uno de los médicos que acompañó la visita y luego, agregó: “Que no haya sido inaugurada implica que el servicio no es tenido en cuenta al momento de confeccionar el presupuesto, y por lo tanto, los insumos se extraen del correspondiente a la terapia intensiva”.

“Al recorrer el hospital, nos sorprendió ver tres escaleras externas a medio construir a metros de la estructura del edificio. Nos explicaron que eran escaleras que se habían construido mal y al edificar notaron que su altura no coincidía con la del edificio. Finalmente se abandonó la construcción y las escaleras quedaron tiradas en el predio. Esta construcción fallida de escaleras generó salidas de emergencia a lo largo del segundo nivel, que no dan a ningún a lado, una metáfora de la mala gestión”, denunció la Auditora representante de ECO, cuyo principal dirigente es Martín Lousteau.

Otros gravísimos problemas

Durante la recorrida, los funcionaros encontraron problemas con las salidas de emergencia, que ya habían sido señalados por la Auditoría de la Ciudad de Buenos Aires mediante informes que datan del año 2014.

En este sentido se constató que la salida de emergencia de la Sala de Neonatología estaba trabada con un precinto que impedía su apertura. Por último, visitaron el sector de consultorios externos. En la precaria estructura podía percibirse un olor nauseabundo, producto de una reciente inundación de la sala con residuos cloacales.