Domingo 22 de Diciembre del 2024

Entrevista a Cristina Conde: “El tango es en carne propia”

En el año 1978 fue la revelación de «Grandes Valores del Tango». Su madrina es […]

Publicado el 18 julio, 2016 por Fernando Zuker

En el año 1978 fue la revelación de «Grandes Valores del Tango». Su madrina es Estela Raval y su referente es Alberto Podestá. Es vecina de Flores y la llaman la «CC del Tango»: Cristina Conde con ustedes.

La Comuna 7: ¿Cómo comenzó tu carrera?

Cristina Conde: Comencé a los 9 años. A los 14 me contacta el señor Ricardo Romero de Los Cinco Latinos y le comenta a mi mamá que necesitaban una primera voz para un cuarteto vocal que se había formado, que se llamaba Las Mosquitas y me contratan. Las Mosquitas era un cuarteto vocal instrumental y coreográfico. Para terminar el show hacíamos una selección de vals, tango y milonga y terminábamos bailando malambo con boleadoras. Debutamos en Argentina en el 66 en Casino Phillips, que era un programa donde venían los artistas del extranjero. Después hicimos Sábados Circulares y Viendo a Biondi. Iniciamos una gira por Panamá, Santo Domingo, Perú, Puerto Rico, Chile, Uruguay, iban viajando Los Cinco Latinos adelante y nosotras llegábamos como las ahijadas. Fue con un éxito tremendo, fuimos recibidas por presidentes, embajadores y en Panamá teníamos nuestro programa de Las Mosquitas. En Santo Domingo al bajar del avión había un grupo de chicas para recibirnos con flores y con carteles “Bienvenidas Las Mosquitas”. Nosotras quedamos sorprendidas, eso da una pauta de las dimensiones de la gira. En el año 1975 dejo Las Mosquitas y empiezo a mi carrera solista, con mi nombre Stella Maris, canto melódico en un programa que hacía Elio Roca. Ahí me ve quien después fue mi marido, Ricardo Guzmán y me llama por teléfono para que cantara tangos. Sabía dos tangos solos en esa época: En esta tarde gris y En carne propia. Ellos tenían un programa en Canal 2 de La Plata que se llamaba Hola Tango con Antonio Carrizo y en una reunión después del programa estaba el productor Alfredo Gago y me dice “la semana que viene empezás a cantar en Grandes Valores”. Para mí Grandes Valores fue la prueba de fuego porque eran todas figuras con trayectoria y grandes cantantes. Debuté con los dos tangos que sabía y comencé a estudiar; pensaba que era fácil cantar tango y la verdad que no. Son pedazos de vida y vos tenes que meterte en lo que el autor quiso expresar en su letra y  la verdad que es bastante difícil.

LC7: ¿Tuviste distintos nombres artísticos?

CC: Mi nombre real es Stella Maris, cuando comencé me llamaba así, después en Las Mosquitas pasé a ser Pupé, porque era muy chiquita, muñequita y cuando Ricardo me conoce, me dice: “ya hay una cantante Stella Maris yo quiero hacerte un slogan: La CC del Tango, Cristina Conde”. Mi apellido es el real.

LC7: ¿Cómo te fuiste formando para cantar? 

CC: Cuando tenía 9 años mi mamá me llevó a un profesor, el Dr. Elizalde, le decían así en el medio, le hacía practicar a Lily Pons (soprano francesa) cuando venía a la Argentina. Me probó, me dijo que por 9 años tenía la voz colocada, respiro con el diafragma por naturaleza y la vida le va a ir dando los demás. Y es verdad, la vida y el escenario te van dando la expresión. Después cuando me convocan Los Cinco Latinos, ensayábamos en Olivos en la casa de Estala Raval y Ricardo Romero desde la 8 de la mañana a las 8 de la noche de lunes a viernes. Los domingos, Estela hacía reunión familiar y nos poníamos a cantar y hacíamos todo lo que habíamos aprendido durante la semana. Teníamos un cuadernito que la que se equivocaba tenía que pagar una multa pequeña. Teníamos profesores de canto, de coreografía, de protocolo para sentarse en una mesa con un presidente, porque Ricardo pensaba llevarnos al exterior. El horario era a las 8 de la mañana estricto, la que llegaba tarde tenía multa. A mí me formó esa manera y cuando me incorporo al tango me sorprendió porque no ensayan, el único lugar donde ensayaban era en Canal 9, que llegábamos a las 6 de la tarde para el programa de las 9 y se ensayaba con toda la orquesta. Cuando tenías que ir a un club te la tenías que arreglar con los tonos, a mí me daba cierto temor, estaba acostumbrada a ensayar. Pero me fui acostumbrando a que se ensaye muy poco.

LC7: ¿Qué discos grabaste?

CC: En el año 1991 grabé con la orquesta de Roberto Pansera, un músico excepcional con el que grabé los primeros 10 temas y en 1993 con el bandoneonista Néstor Marconi y su hijo.

LC7: ¿Qué público va a los espectáculos?

CC: Hay mucha gente que viene siguiendo a muchos artistas desde hace años. Generalmente es gente grande, pero ahora se está mezclando porque hay muchas orquestas formadas por jóvenes, hay bailarines muy jovencitos. El baile es lo que más gusta porque es universal, viene el extranjero y entiende el baile y la música pero no siempre al cantante por eso en esas casas de tango para turistas  siempre tratan de hacer las mismas canciones, por eso vas a un lugar y cantan Nostalgia, Volver, Caminito porque son las canciones que el turista reconoce. Me gusta cuando hay gente joven escuchando tangos porque hay situaciones de vida que te llevan a decir «yo me acuerdo de aquel tango», porque el tango es en carne propia.

LC7: ¿Quiénes te acompañan?

CC: Los Barzola son un ejemplo de padre e hijo que hacen maravilla con la guitarra, tocan cualquier tema, después hay orquestas. Uno no se tiene que hacer de músicos porque las casas ya tienen sus músicos y no salen de ese lugar. Otro cantante es Carlos Morel. Después doy clases de canto y los jóvenes que estudian conmigo me acompañan. Una es Naty Fabré, que es la hija de un productor muy importante que hubo y que se empezó a mostrar ahora. Está mi ahijado Carlos Noguel que canta muy bien, Alberto Del Solar es cantante de hace muchos años junto a Patricia La Sala, son matrimonio que cantan muy bien los dos, que vienen de Grandes Valores. También incorporamos bailarines porque en baile llama mucho la atención.

LC7: La carrera la empezaste de muy chica ¿hoy la elegirías de nuevo?

CC: Esta carrera la eligió mi mamá, que me hizo grabar un acetato y se lo mostró a mi papá, que nada que ver. Él cantaba en las iglesias el Ave María, los padres no le permitieron cantar y mi mamá también cantaba muy bien y no la dejaban porque el ambiente artístico era mal muy mal mirado. Era la ovejita negra de la familia. Mi mamá lo eligió, me empujaba a que cante y sí, con todas las contras lo haría de nuevo. Tengo una anécdota con Héctor Coire en El Show de los Abuelos en Canal 13, las cámaras eran impresionantes, los cables eran gruesos, había tres cámaras, te ponían una marquita en el piso y  no te podías mover de ahí, a mí me venía bárbaro porque era re tímida. Mi mamá detrás de las cámaras me hacía señas para que me moviera. Termino de cantar, se apaga la cámara y Héctor Coire se acerca a mi mamá, entonces le dice: «discúlpeme señora, ¿usted tenía un ataque de epilepsia? Porque estaba dele moverse, sabe que solo tiene 9 años, que es lógico que tenga vergüenza, además ella sabe que cuando se prende la lucecita hay cientos de miles de personas que la están mirando, ella está pensando en su voz y no en interpretar». Entonces le propone un juego, que cuando se encienda la cámara lo único que no puede decir es no. Se prende la cámara y le pregunta: «¿usted engañaría a su marido? Nooooo» -dijo mi mamá-.  No es fácil estar frente a una cámara.

LC7: ¿Qué esperás para el futuro?

CC: Cuando falleció Ricardo en el año 1989, Mariano Mores estaba para preparando una gira en el exterior y la chica que cantaba para él no podía ir, le muestran mi long play, me convocan y dije que no. Era un viaje a Japón, una gira por seis meses, mis hijos tenían 2, 4, 6, 8 y 12 años y hacía cuatro meses que habían perdido al padre, se va la mamá seis meses y me dije ¿estos chicos qué hacen?. Rechacé esa gira y no me arrepiento, porque mis hijos están conmigo a la par. Entonces con el tango nunca viajé. Si vienen viajes los aceptaré, porque mis hijos están todos casados, aunque extrañaré como loca. Estoy incursionando melódico como antes. En Parque Chacabuco estuve haciendo unos shows que se hacen cada dos meses; en el anterior hice 4 boleros: A mi manera, La barca y Distancia y le estoy incorporando un homenaje a Estela Raval; quiero hacer un homenaje a fin de año a mi madrina con todos los temas de ella. Padrinos como esos no muchos artistas los tienen. Hoy por hoy mi padrino Ricardo Romero está los sábados de madrugada con Los Desvelados. Dios me premió al tener esos padrinos, lo que me enseñaron es el respeto al escenario. A nosotras Estela nos decía: “hay un teatro de 3000 plateas, una persona pagó para verlas, ustedes tienen que actuar como si estuviera lleno”. Eso es respeto, el ensayar, el practicar, el salir al escenario producida, prolija. Me sirvió para toda la vida.


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