10 años sin Julio López

El 18 de septiembre se cumplieron 10 años de la segunda desaparición de Julio López. El albañil oriundo de la Plata había desaparecido en 1976. Estuvo detenido en cinco campos de concentración y tortura de Buenos Aires. López, volvió a desaparecer en el 2006. Su testimonio en la causa y juicio contra el represor Miguel Etchecolatz resultaron de vital importancia para que recibiera la reclusión perpetua. Fue el primer acusado de genocidio.

Bajo la consigna «No lo olvidamos» el domingo hubo movilizaciones en La Plata, en la Ciudad de Buenos Aires y varios puntos del país.

Convocó el “Encuentro Memoria, Verdad y Justicia”. La movilización de la ciudad de las diagonales fue importante desde su convocatoria, en cambio en Buenos Aires se esperaba más gente.

Este medio estuvo presente en la caminata y movilización desde el Congreso hacia Plaza de Mayo. Allí marcharon organizaciones sociales, de derechos humanos y agrupaciones de izquierda. No así organismos y autoridades del gobierno nacional, como tampoco organizaciones o grupos políticos pertenecientes al gobierno anterior.

Al llegar a la Plaza de Mayo, se leyeron documentos bajo algunas consignas que queremos destacar: total repudio a los 10 años de impunidad y ocultamiento en la segunda desaparición de López. No a la prisión domiciliaria de los genocidas. No al actual intento de olvido, de conciliación y perdón hacia los militares que intenta hacer el gobierno nacional.

En la década que pasó no hubo ningún avance en la causa judicial. “No hay nadie que investigue una línea racional, ni una hipótesis clara”, explicó a los medios de comunicación Guadalupe Godoy, abogada de López durante el juicio por el Circuito Camps.

Hace aproximadamente unos 15 días, el Estado se ofreció para ser querellante en la causa. Hablaron con los familiares de Julio Lopez y aceptaron. “Todavía no se presentaron pero los querellantes nos vamos a oponer porque hay una desaparición forzada y culpamos a una parte de la Policía Bonaerense. Si se demuestra esto, hay cierto grado de responsabilidad del estado”, dijo Godoy.

Por último, el 19 de agosto la justicia de La Plata le otorgó a Etchecolatz el beneficio de la prisión domiciliaria. La misma todavía no se hizo efectiva porque el juez Ernesto Kreplak se la negó en otra causa, que está en instancia de apelación. Se teme que este tipo de beneficios se repliquen en otros represores.