¿Qué lugar tiene la educación?

Vivimos tiempos de preguntas. Por ahora, sin respuesta.

Escuela 12º DE 7º «F. Zuviría. El 11 de Abril un ventilador cayó al lado de un alumno de 2º grado.

Transitando los reclamos de los docentes universitarios de todo el país que piden una recomposición salarial, o viendo cómo despiden al coordinador de la Orquestas y Coros del Bicentenario, “un proyecto que cambia vidas», como lo describió uno de los jóvenes de la Villa 1-11-14 que pertenece al mismo, justamente en tiempos en que nos preocupan tanto nuestros jóvenes y sus preferencias; o cuando nos enteramos de los dichos del ministro Esteban Bullrich acerca de que el boleto estudiantil no es una prioridad.

Hay un desafío más para quienes a diario habitamos las instituciones educativas, que agrega preocupación y malestar: la falta de resolución de los problemas edilicios. Los responsables de estos temas, nos refieren por ejemplo, que los contratos con las empresas de mantenimiento – infraestructura en la Ciudad – no se han firmado desde inicios de 2015, constituyéndose en un motivo para que el personal de esas empresas no cuente con materiales para las reparaciones, ya que dudan que luego se efectivicen los pagos o que haya algunas que no están consideradas.

Ante la afirmación: “Se nos cae el revoque de las aulas”, la respuesta es: “pero para arreglarlas hay que pedir una obra, tardará mucho  y no se si se hará porque no hay presupuesto”. “Necesito más aulas para los alumnos ya que hacen plástica, música, todas las actividades en el mismo salón de clases», la respuesta es: «este es un edificio alquilado, no autorizan nuevas obras”. Si, el edificio de la escuela, como tantos en la ciudad de Buenos Aires, es alquilado hace 81 años, sin miras de ser adquirido o trasladado. Cuando se ha pedido respuesta acerca de esto, sólo hay silencio.

Frente a todo esto surge naturalmente la pregunta «¿qué lugar ocupa la educación para nuestros dirigentes?» , no como un pregunta que apunta a divergencias partidarias, sino como la preocupación de quienes elegimos esta profesión y la defendemos día tras día con el orgullo de ser docentes de escuela pública.

Sin duda hay una precarización de la educación pública y no se vislumbran atisbos de esperanza de que se modifique más allá del esfuerzo diario de quienes formamos parte de ella, la elegimos, la defendemos, la valoramos, considerándola como el camino por excelencia para la construcción de ciudadanía.

Colaboración de Adriana Magrone, profesional de la educación en la Ciudad de Buenos Aires.