Sábado 28 de Diciembre del 2024

“Alguien tiene que levantar la vara”

Jorge Rulli se presenta todos los primeros y terceros martes de mayo en el Toro […]

Publicado el 25 abril, 2017 por Gustavo Viera

Jorge Rulli se presenta todos los primeros y terceros martes de mayo en el Toro Bar do Bar de Parque Chacabuco a las 18:30hs. Charlamos con él para que nos adelante los motivos de este ciclo de charlas.

“Comprensión de la época” se llama el ciclo de charlas que Jorge Rulli encara en el Bar Toro los primeros y terceros martes de cada mes. Jorge es un histórico dirigente de la juventud peronista y uno de los tantos que tuvo que marcharse al exilio para preservar su vida. Desde hace más de 20 años, trabaja en temas de ecología y en la sustentabilidad del medio ambiente, sosteniendo fuertemente la necesidad de repoblar el campo. De hecho, muchas familias eligen irse al campo y a zonas específicas como Córdoba o la Patagonia en busca de otra forma de vida. Sin embargo, Jorge afirma que ese movimiento no se tradujo en un cambio político. “A mí me paso acá en Marcos Paz donde vivo. Yo llegue del exilio y me vine a una casa abandonada, tengo media hectárea. Era un basurero. Lograr hacer de esto un jardín y un lugar agradable para vivir me llevo muchos años. Y eso implica mucho esfuerzo, mucho tiempo. Y eso ha provocado una gran deserción de la militancia urbana ecológica que podía producir efectos más rápidos en el campo de la política porque el que se va al campo muchas veces no lo ves durante 5 años porque tiene que trabajar en serio para poder vivir y poder someter el predio a las reglas permaculturales. Tenes que construir la casa, el campo te lleva a tener niños, a hacer el parto en la casa. Es complicado, estas construyendo un mundo nuevo, pero mientras tanto la argentina sigue siendo un país donde es difícil vivir con una clase dirigente que está absolutamente corrompida, que la manejan los empresarios. Entonces, se va dando como un mundo dual que se hace absolutamente doloroso. No es fácil de resolver”.

Su diagnóstico de la Argentina, en términos de cambio social y político, no presenta demasiado optimismo. De la revolución ya no se habla en la Argentina: “la generación de los 70’ que supuestamente era revolucionaria dejo de serlo, ahora es posibilista y el discurso ahora mezcla desde los problemas de género, el matrimonio homosexual y el asistencialismo pero ya no se propone cambiar al mundo”, sentencia Rulli. En esta imposibilidad, le achaca un papel preponderante a la izquierda de nuestro país que no hace más que legitimar el orden imperante. Juan pone como ejemplo a la CTEP que conduce Juan Grabois. “Está muy bueno lo que hacen con los cartoneros pero lo que nunca dice es que esa gente fue expulsada de sus territorios. Toda la labor que hace la izquierda y que resulta positiva en cierta medida, en realidad cuando lo ves en el fondo es una acción legitimadora del modelo. Se cuestionan las situaciones individuales y sociales de injusticia pero no se cuestiona el modelo. ¿Queremos el control obrero de la Barrick?. No, necesitamos entender por qué esta la Barrick”.

En términos generales, Juan Rulli es concluyente: Argentina es un país colonizado y nadie cuestiona este modelo ni la política de Estado que se lleva adelante, sea Macri el presidente, como pudo haber sido Scioli si hubiese triunfado en las últimas elecciones. “Tenemos una nueva oligarquía absolutamente sionista que se reúne en Tel Aviv y que depende de los capitales financieros. Muchos vienen del partido comunista o de otros sectores de la izquierda. Aparte, tienen poder cultural porque producen bienes simbólicos y proyectan una imagen de la Argentina que tiene que ver con sus intereses”.

A nivel internacional, las cuestiones no son muy diferentes para Rulli. Plantea que hoy tenemos alternativas posmodernas de la izquierda y la derecha. Y pone como caso testigo el zapatismo en Chiapas. “No es nada sencilla la situación actual del zapatismo, lo están poniendo contra las cuerdas con los métodos que aquí se celebran como kirchnerismo. Ósea, discurso de izquierda, relatos, mucho asistencialismo y hacer que sus necesidades dependan del Estado. Cuando el zapatismo propone la autonomía, basarse en las propias fuerzas, prohíbe tomar alcohol, prohíbe pegarle a la propia mujer. Del otro lado, te dicen que podes tomar lo que quieras, hacer lo que quieras, te regalamos una vaca, un caballo, te damos un plan y además desde la izquierda. No es el PRI. El PRI gobierna en el Distrito Federal, pero en Chiapas pone su ala de izquierda”.

Entonces, ¿Dónde radica el cambio para este militante de años? En sus charlas, propone la transformación del sujeto humano a partir de pequeñas revoluciones que se acumulen y habiliten a un cambio real mucho más grande. “Me decidí a concentrarme en lo que mejor puedo hacer antes de irme que es plantear un programa de cambios reales”. Jorge insta a superar la dicotomía de izquierdas y derechas posmodernas volviendo a una pre-modernidad para encontrar otro camino: dar un paso atrás para volver. “Ir a un pueblo rural, volver a amasar el pan, tener mi huerta, tener mi yegua, tener mis gallinas, pero seguir con la computadora, seguir conectado a los medios”.

Afirma que aquí en la Argentina aún no han prendido modos alternativos de vivir a escalas importantes, modos que habiliten a pensar otro tipo de construcciones o, en términos menores, amasar su propio pan. Pero que en su exilio en Suecia pudo vivir esta experiencia. “Yo tuve la suerte de vivir el exilio en Suecia donde se vivía un nivel tecnológico del carajo pero no hay panaderías. A nadie se le ocurre comprar pan. Los suecos lo hacen en su casa. Los zapatos se los hacen en el taller del Municipio. Los Municipios tienen talleres con maestros a cargo. Por ejemplo, nadie compra una cuna para su bebe, no existe eso. La cuna todo el mundo se las hace porque es como un orgullo. Vos ves como los tipos han logrado un modo de civilización en la cual combinan lo bueno de antes con lo mejor de ahora. Nosotros lo hemos tirado a la basura y nos hemos quedado con las imágenes del mundo de consumo. Uno termina comiendo comida chatarra y viendo televisión basura. Hay una preocupación por cosas que nosotros hemos desechado”.

Por eso, es indispensable encarar dos tareas imprescindibles. Por un lado, Jorge hace hincapié en la necesidad de la reconstrucción personal, una reconstrucción de la psiquis, de las esperanzas y de los sueños luego de las desilusiones provocadas por los movimientos políticos en este último tiempo. En este sentido, propone apoyarse en la familia, en los compañeros, reunirse para comer y levantar el ánimo los unos a los otros. “Volver al sistema de ayuda mutua. La casa se hacía con los amigos. Esas cosas que se han ido perdiendo creo que hay que recuperarlas y que es una tarea política. Hay que reconstruir el tejido social”, sentencia.

Y por otro lado, levantar la vara a través de la recuperación de las viejas tradiciones de lucha. “Los propósitos que hoy nos damos en las luchas son miserables. No digo que no sean válidos pero colectivamente tendríamos que darnos otro. Levantar la vara. Alguien tiene que levantar la vara para dar el ejemplo y elevar la mira para entusiasmar a los demás. Es el humilde propósito de Trincheras para ser un poco más idealistas, soñadores”.

Podes seguir el pensamiento de Jorge en Facebook “Trinchera por la liberación nacional”. Si queres conocer los temas de las charlas de abril, ingresa al facebook de «El Toro Bar do Bar. Allí, encontrarás un punteo de las cuestiones tratadas.

«Comprensión de la época»
TORO BAR DO BAR – Cachimayo 890


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